Manolo Hernández
Douen
Tener talento para
jugar pelota de modo brillante a los máximos niveles es un privilegio.
Contar con
herramientas para ser conceptuado una futura estrella es algo bien
especial.
Avisaíl García, una
gran promesa de la pelota que se convierte en realidad con el uniforme de los
Medias Blancas de Chicago. (Foto: cortesía de Ron Vesely/Chicago White Sox)
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Avisaíl García,
jardinero derecho de los Medias Blancas de Chicago, está en ese grupo de
jóvenes de los cuales se pueden esperar cosas gloriosas en el
Béisbol de Lujo.
“Son personas que no
nacen todos los días”, es la descripción de García que ofrece el primera base
de los Medias Blancas, el cubano José Dariel Abreu. “Es un talento puro que
tiene las cinco herramientas. Es muy joven todavía. Que siga trabajando, que no
se confie de lo bien que está ahorita, con la calidad que él tiene puede estar
mejor”.
Lesionado durante
gran parte de la temporada de 2014, García refleja en el terreno exactamente lo
que dice Abreu.
Molestias en la
rodilla derecha sacaron a García de la alineación de los Medias Blancas a fines
de mayo, pero al reaparecer el 30 de ese mes bateaba para .327, sexto mejor
promedio de la Liga Americana, embasándose en 35 de 39 juegos y con números
frente a zurdos (.391) y como visitante (.406) con los cuales apenas pueden
soñar muchos de sus colegas más destacados.
“Las personas que
estamos a su lado, lo único que nos queda es ayudarlo a que mejore sus
pensamientos y que sea mejor pelotero día a día”, expresó Abreu, Novato del Año
de la Liga Americana en 2014 al batear para .317, con 36 jonrones y 107 carreras
impulsadas.
Las herramientas a
las cuales se refiere Abreu son la capacidad que tiene García para defender con
gran habilidad su posición, aparte de un excelente brazo, destacándose a la
ofensiva por su poder, alto promedio y velocidad en las almohadillas.
Varias de esas
cualidades fueron expuestas por García en la visita de los Medias Blancas a
Oakland, donde demolió a los Atléticos con seis carreras impulsadas en apenas
tres juegos, además de demostrar con su guante y su brazo el porqué es uno de los
guardabosques jóvenes más talentosos de la meca de la pelota.
En otras palabras,
García es todo lo que esperaban los Tigres de Detroit cuando era un prospecto,
con la diferencia que ese futuro es ahora un presente con los Patiblancos.
“Fue un gran canje
para nosotros”, recordó el dirigente de los Medias Blancas, Robin Ventura, a
una pregunta de Béisbol por Gotas sobre el pelotero que apenas cumple 24 años
el 12 de junio. “Nos emocionó mucho obtenerlo el año pasado.
“Su temporada se
quedó corta cuando se lesionó en nuestra primera gira, pero tuvimos la fortuna
de recuperarlo luego y el hecho de que pasó tiempo en las Grandes Ligas [a
fines de la campaña] lo ayudó para este año”, comentó el otrora tercera base de
lujo.
De hecho, esa
experiencia lo benefició en el sentido de que ahora se desliza con mayor
frecuencia a la hora de tratar de ejecutar engarces en vez de tirarse con las
manos por delante, de acuerdo al dirigente.
La transacción en la
que García llegó a los Medias Blancas involucró a tres franquicias, incluyendo
a los Medias Rojas de Boston y los Tigres.
La lesión que limitó
a Avisaíl a 46 partidos en Grandes Ligas en 2014 se produjo el 9 de abril en
Denver, cuando se desgarró el hombro izquierdo y de paso sufrió una fractura al
tirarse de cabeza para tratar de realizar una jugada en el prado derecho.
“Ofensivamente,
entiende el juego un poco mejor y comprende lo que necesita hacer, eso es grande
para nosotros”, analizó Ventura.
Tales son las
condiciones de García que en la aurora de su carrera fue comparado por su
potencial a su estelar paisano Miguel Cabrera, cuando el hoy patiblanco inició
su trayectoria con los Tigres.
“Eso [la posible llegada del poder de manera
consistente] pudiera ser algo que ocurra en su juego, cuando comprenda su swing
un poquito mejor”, especificó el manager de la novena de Chicago.
Por su parte, García
es un pelotero bien humilde, que sabe que necesita trabajar bastante para
alcanzar esos niveles a los cuales muchos expertos de la pelota lo proyectan.
“Tratar de hacer lo
mejor posible en el terreno de juego”, es la meta diaria de García. “Los
números van a estar al final. Que sea lo que Dios quiera. Lo único que le pido
a Dios es que me mantenga saludable”.
El nativo de Anaco,
en el estado Anzoátegui, al oriente de
Venezuela, está de acuerdo con Ventura y Abreu en el sentido de que si se
esfuerza mucho en el diamante van a ocurrir cosas muy positivas.
“La experiencia, en
el juego te va dictando todo”, subrayó el jardinero sudamericano. “A veces se
cometen errores como todo, pero igual la experiencia te hace mejorar bastante.
“Debo seguir
trabajando duro en el bateo, tratar de hacerle swing a buenos pitcheos”, manifestó
el bateador derecho de seis pies y cuatro pulgadas (1.92 metros) de estatura.
La experiencia de una
lesión como la sufrida en 2014 también ayuda a García a comprender mejor su
cuerpo y a saber que los percances físicos son un aspecto característico en su
exigente profesión.
“Ya eso es pasado,
Dios sabe lo que hace”, indicó, refiriéndose a la lesión de 2014. “A cada quien
le toca lo que le toca. Seguimos trabajando duro para seguir mejorando y
mantenernos saludable”.
Pese al tiempo
perdido, a García nunca le pasó por la mente que no volvería con renovados
bríos a la actividad que tanto le apasiona.
“Siempre tuve la
positividad y la confianza primeramente en Dios de que sí iba a mejorar y que
iba a jugar pelota porque estoy con Dios, que es el que sabe todo y tiene la fuerza”,
filosofó el guardabosque.
Una vez recuperado de
ese incidente físico, García cerró la temporada con los Medias Blancas y luego
se fue a jugar en la exigente Liga de Béisbol Profesional de Venezuela, donde
bateó para .312 con 22 carreras impulsadas en 34 juegos y a la cual planea
volver este año.
“Mientras tenga el
permiso [de los Medias Blancas] siempre voy a jugar con los Tigres de Aragua”,
informó a Béisbol por Gotas. “Me gusta ese equipo. Ojalá me mantenga saludable
todo el año para poder jugar aquí y allá”.
Así también lo
esperan los Medias Blancas, porque saben que con un pelotero de semejante
calidad como la de García se incrementarán las posibilidades de que la novena
de la Ciudad de los Vientos pueda acudir a la postemporada de manera
consistente.
Hasta pronto y, por
favor, nunca pierdan la esperanza.
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