Manolo Hernández
Douen
Tantos millones se
invierten en peloteros en la Gran Carpa, que a veces se pierde la cuenta.
¿A cuánto subirá el máximo de un contrato en el Béisbol de Lujo a la vuelta de unos años?
Mark Canha, fruto de
una de las cosechas más exitosas de la historia en la Regla 5.
(Foto:
cortesía de Michael Zagaris/Oakland Athletics).
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Por supuesto, no
solamente de pan vive el hombre. En el caso de la pelota, los arquitectos de
los 30 equipos tienen otras fórmulas para adquirir una u otra pieza valiosa
para su roster.
Desde hace años, las
Grandes Ligas han traspasado las fronteras en busca de talento. El ejemplo más
contundente de ello es la pelota del Caribe, que no necesariamente es un
recurso “económico” en estos días, si se toma en cuenta el monto de los
contratos dados a otrora jugadores de la Serie Nacional cubana.
Una alternativa
“barata”, el equivalente a que uno se saque una superfecta de $10,000 en un
hipódromo con un boleto de 10 céntimos, es la Regla 5, que no va a llenar los
planteles de las Grandes Ligas con talento a manos llenas, pero sí permite una
alternativa que a través de la historia ha dado unos cuantos resultados
excelentes.
La selección de la
Regla 5 se produce justamente el día final de las Reuniones Invernales, el gran
mercado decembrino de las Ligas Mayores.
De seguro no impacta tanto para un
titular de prensa, en comparación a los detalles que rodean cada súper firma o
súper canje en días previos, pero sí puede ser importante para un equipo
específico.
El inmortal Cometa de
Carolina, Roberto Clemente, es el ejemplo más famoso de que un equipo sí puede
armarse con una estrella a bajo costo a través de la Regla 5.
Los Dodgers de Los
Angeles trataban de “esconder” a Clemente en su sistema de sucursales al
negarle lo que era obvio: su futuro ascenso a las Grandes Ligas. Sin embargo,
los Piratas de Pittsburgh sabían que existía una pepita de oro en medio de ese
caudal de promesas de la Tropa Blanquiazul. Era una promesa de la Isla del
Encanto. Lo demás es historia.
Casos recientes bien
impactantes de la Regla 5 son los del estelar zurdo venezolano Johan Santana,
el segunda base Dan Uggla, el jardinero Josh Hamilton y el relevista mexicano
Joakim Soria, todos con brillantes trayectorias en las Ligas Mayores.
Básicamente, un
pelotero puede ser adquirido en Regla 5 por $50,000 si su equipo no lo protege
en su roster de 40 jugadores de Grandes Ligas, pero necesita permanecer todo el
año entrante en las Ligas Mayores o de lo contrario debe ser devuelto a mitad
de precio.
Con los costos de hoy
en día, invertir $50,000 en un pelotero para un equipo de las Grandes Ligas es
el equivalente a comprarse un paquete de maní en la tienda de la esquina.
Un seleccionado en la
Regla 5 sí puede ser canjeado a otro equipo, pero su nuevo plantel hereda de
inmediato las responsabilidades del conjunto que lo reclutó en el citado
sistema.
En 2014, el primera
base/jardinero Mark Canha fue seleccionado por los Rockies de Colorado de los
Marlins de Miami el 11 de diciembre y canjeado ese mismo día a los Atléticos de
Oakland.
La versión más
reciente del proceso de la Regla 5 probó ser una de los más exitosos de la historia,
porque una gran mayoría de los 14 seleccionados permanecieron en las Ligas
Mayores, incluyendo varios que fueron factores con miras a la
postemporada.
El jardinero venezolano
Odúbel Herrera se convirtió en titular con los Filis de Filadelfia al punto de
que consumió 495 turnos y bateó .297.
El guardabosque
Delino DeShields Jr consumió 425 turnos con los Rangers de Texas y tuvo un
promedio de embasamiento de .344 con 25 bases robadas.
Canha bateó 441 veces
con los Atléticos e impulsó 70 carreras. El dirigente de esa novena, Bob
Melvin, le tiene tanta confianza que comentó que tiene la
habilidad de ser titular en 2016 tanto en primera base como en los jardines, a
una pregunta de Béisbol por Gotas.
Logan Verrett se
convirtió en un factor de éxito del pitcheo de los Mets de Nueva York, campeones
de la Liga Nacional en 2015, como abridor y relevista.
J.R. Graham intervino
en 39 juegos con los Mellizos de Minnesota, 38 como relevista, y ponchó a 53 en
63.2 capítulos.
Cada uno de esos
peloteros pudieran ser de valiosa importancia a sus equipos en 2016, a
diferencia de otros que en el pasado se quedaron con sus equipos de Grandes
Ligas por un año y luego fueron enviados a las Ligas Menores para no aparecer
luego en planes prominentes de sus organizaciones.
Ejemplo de uno que
necesita batear para amarrar su puesto en el roster de 2016 es Taylor
Featherston, pero le probó a los Angels de Anaheim en 2015 como reclutado en la
Regla 5 que puede ser de gran valor como suplente de cuadro en segunda y
tercera base, así como el campo corto.
Un caso especial fue
el seleccionado en el primer turno de 2014, el receptor venezolano Oscar
Hernández, cuya experiencia en la Gran Carpa con los Diamondbacks de Arizona se
vio limitada por lesiones, pero agrada tanto a la novena del Valle del Sol que
se le conceptúa como un elemento crucial
con miras al porvenir.
La Regla 5 también se
extiende a seleccionados en las Ligas Menores, pero esos jugadores no tienen
que pasar la siguiente temporada en las Ligas Mayores.
En 1969, los
Atléticos de Oakland seleccionaron de los Filis de Filadelfia en la Regla 5 de las Ligas Menores a Jesús Marcano
Trillo, mejor conocido como Manny Trillo, a 18 días de que el jovencito
venezolano cumpliera 19 años de edad.
Trillo, tres veces
ganador del Guante de Oro, llegaría a intervenir en 17 temporadas en las
Grandes Ligas, fundamentalmente como segunda base, incluyendo cuatro Juegos de
Estrellas y el título de Más Valioso de la Serie de Campoenato de la Liga
Nacional en 1980, duelo entre los Astros de Houston y los Filis que sería
conceptuada como una de las semifinales más electrizantes de todos los tiempos.
Nada malo por una inversión de un puñado de dólares. ¿Verdad?
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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